En plena crisis económica y ante la imposibilidad de numerosos españoles de comprar una vivienda –ya sea por falta de financiación, ausencia de ahorros o la expectativa de caídas adicionales de los precios- y las dificultades para otros de venderla, el alquiler vuelve a ser la única alternativa para quienes desean independizarse o formar una familia para los primeros, o para conseguir unos ingresos extra, en muchos casos necesarios, en el caso de los segundos.
Acceder a este mercado se ha convertido, sin embargo, en misión imposible para muchos ciudadanos. Aunque la oferta es amplia -basta con echar un vistazo a los portales especializados o darse un paseo por las agencias inmobiliarias-, quienes se deciden a alquilar un inmueble someten a un auténtico examen de solvencia a sus posibles inquilinos: avales bancarios, fianzas, seguros de alquiler...
“Hace algunos años muchos propietarios no estaban seguros de poner sus viviendas en alquiler ante el temor a encontrarse con un mal inquilino que no solo le destrozara el piso y no le pagara las rentas, sino que se instalara en la vivienda durante meses”, comenta a El Confidencial Virginia Tusell, directora de comunicación de la aseguradora de defensa jurídica Arag.
"Ahora la situación ha cambiado, aunque la mayoría busca fórmulas para cubrirse las espaldas en caso de impago", añade. “Los propietarios buscan principalmente personas o familias con contratos estables, de más de un año de duración. Sin antecedentes previos de morosidad y que destinen una parte razonable de sus ingresos al pago del alquiler, normalmente el 45% del dinero que entra en el hogar”, explica Tusell.
"Los jóvenes son, por ejemplo, quienes lo tienen más complicado. Si quieren acceder al alquiler deben poner en la mayoría de los casos a sus padres como avalistas", añade.
El seguro de alquiler gana terreno
Los avales bancarios y las fianzas siguen estando a la orden del día entre las exigencias de los contratos, aunque los seguros de alquiler comienzan a ser cada vez más frecuentes. Basta con echar un vistazo en Internet: "Necesario aval, seguro de alquiler y arbitraje", o "Se exige aval bancario o puede ser seguro de alquiler con incremento de 10 euros", o "Requisitos, un mes de fianza e indispensable pagar seguro de alquiler o aval bancario de 1 año".
No en vano, la solvencia pasada o presente de los futuros inquilinos se ha trasladado a un segundo plano. La principal preocupación de numerosos propietarios es que una persona o una familia solvente pueda convertirse, por culpa de la crisis, en moroso transcurridos unos meses.
Algunos datos respaldan esta preocupación. La morosidad en los alquileres de viviendas no ha dejado de aumentar en los últimos años. Según datos del Fichero de Inquilinos Morosos (FIM) la deuda media se sitúa por encima de los 8.300 euros, produciéndose la situación más sangrante en la Comunidad de Madrid, donde la cifra supera ligeramente los 16.000 euros.
Además, las perspectivas económicas no son nada optimistas. La OCDE prevé que el paro siga escalando hasta superar el 23% el próximo año desde el 21,5% actual, mientras que casi dos de cada tres familias españolas tienen dificultades para llegar a fin de mes debido a su situación económica, según del Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) de noviembre, elaborado por primera vez por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Agilidad en la resolución de conflictos
Con estos datos sobre la mesa, no sorprende que muchos propietarios extremen las precauciones. No en vano, según ARAG, siete de cada diez propietarios reconoce que su principal temor a la hora de alquilar su inmueble es el impago del alquiler al pensar que la situación económica del inquilino, independientemente de su fiabilidad inicial, puede cambiar de un momento a otro por la situación económica actual.
De ahí que estos seguros de alquiler, como los que ofrecen compañías como ARAG, estén ganando adeptos. "Este tipo de productos ofrecen cobertura legal al propietario. Nosotros nos encargamos de resolver problemas legales cuando el inquilino deja de pagar el alquiler. Facilitamos abogados, procuradores, pruebas periciales, además de hacernos cargo de los impagos de la renta durante un año", explica Virginia Tusell. "Generalmente en menos de doce meses conseguimos el desahucio y que el propietario recupere su vivienda".
¿Quién paga esta póliza? "Nosotros recomendamos que sea el propietario quien asuma el gasto aunque es cierto que posteriormente puede repercutirlo en el alquiler. Normalmente se paga un 4,5% sobre las rentas anuales", explica Tusell.
Arag, con más de 64.000 viviendas aseguradas por todo el territorio español, ha visto cómo la contratación de pólizas ha crecido más de un 50%. Desde la compañía aseguran que han resuelto el 70% de los conflictos a favor del propietario siendo, la vía amistosa la más rápida. "Si se evitar llevar a los tribunales se puede conseguir una solución en apenas doce meses".