Es delicado, ya que si lo hacemos, corremos el riesgo de que el inquilino nos denuncie por coacción y además de no cobrar nos metamos en un lío.
Para evitar este problema, debemos especificar en el contrato que los suministros sea por cuenta del arrendatario, y sobre todo que deben estar a su nombre, ya sea por un cambio de titularidad de los mismos o por una nueva contratación.
Si no lo hemos especificado en el contrato, debemos seguir pagando nosotros las facturas y luego intentar cobrárselas al arrendatario.
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