Consulta
En un piso de un edificio están viviendo unos “okupas” que hacen la vida imposible al vecindario. Tras varias denuncias nada se ha conseguido. Una vecina que ha tenido que abandonar su piso por culpa del alboroto que montan estos “okupas”, quiere pedir responsabilidad a los propietarios que se desentienden del inmueble desde que el mismo fue ocupado por los intrusos. ¿Tienen alguna responsabilidad los propietarios al respecto?
Solución
Ha señalado la doctrina jurisprudencial que la existencia de determinados indicios tales como la afirmada tolerancia de los "okupas" en la finca por parte del arrendador querellado, o los cortes de suministros de fluidos, esenciales, propiciados por el abandono en la conservación de las instalaciones comunes que pudieran revestir ribetes criminales y que han de ser investigados por el Juzgado a fin de dilucidar si constituyen o no un mecanismo indirecto para forzar espúreamente a la querellante a desalojar la vivienda.
En efecto, tal y como pone de manifiesto la doctrina desde hace algún tiempo, se conoce con el nombre de mobbing inmobiliario, o con el de “blockbusting” (acoso inmobiliario), a la conducta del arrendador dirigida a minar la voluntad del arrendatario con la finalidad de conseguir la rescisión del contrato. Se trata de actuaciones que constituyen una «agresión moral», que podría denominarse «mobbing inmobiliario». Tratándose de un inmueble en arrendamiento, no hay que olvidar la obligación del propietario de mantener a los arrendatarios en el goce pacífico del inmueble arrendado, por lo que podría iniciarse también un proceso civil por esta vía para hacer cesar esta conducta.
En todo caso, a la vista de las circunstancias, y la posible connivencia del propietario, podrían exigirse daños y perjuicios a éste.
En efecto, tal y como pone de manifiesto la doctrina desde hace algún tiempo, se conoce con el nombre de mobbing inmobiliario, o con el de “blockbusting” (acoso inmobiliario), a la conducta del arrendador dirigida a minar la voluntad del arrendatario con la finalidad de conseguir la rescisión del contrato. Se trata de actuaciones que constituyen una «agresión moral», que podría denominarse «mobbing inmobiliario». Tratándose de un inmueble en arrendamiento, no hay que olvidar la obligación del propietario de mantener a los arrendatarios en el goce pacífico del inmueble arrendado, por lo que podría iniciarse también un proceso civil por esta vía para hacer cesar esta conducta.
En todo caso, a la vista de las circunstancias, y la posible connivencia del propietario, podrían exigirse daños y perjuicios a éste.
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